Es bien conocido en el saber popular que en época de invierno los procesos infecciosos (principalmente catarros) están más presentes y aumentan en número. ¿Es el frío el causante? ¡Muchas veces madres, padres y abuelas creen que sí!, y ponen a sus hijos e hijas múltiples capas de ropas y accesorios, para buscar el aislamiento con este elemento. Está claro que el frío puede ser un factor desestabilizador, pero no debemos señalizarlo como el causante.

Deberíamos decir que los procesos típicos de la infancia en esta época, se dan por múltiples causas. En época de frío pasamos más tiempo en sitios cerrados, menos ventilados que en verano. Se da más el efecto ‘hacinamiento’, sobre todo en escuelas y guarderías. El frío modifica las condiciones circulatorias de la mucosa nasal aumentando la susceptibilidad infecciosa. Para muchos niños, el comienzo de la guardería coincide con la llegada del frío, esta situación vital, la edad y el contacto con otros niños, aumenta el número de estos procesos. En parte es normal y habitual este contagio, puesto que deben llenar su ‘libro inmunológico’.
En estos procesos catarrales lo que desempeña un papel importante es el sistema inmunológico, y su capacidad de barrera, reacción y respuesta. Hay factores que juegan a favor de este sistema y otros en contra, y éstos que actúan en contra, tienen gran relevancia en la frecuencia, recurrencia de los procesos y posibles complicaciones.

Tenemos los factores favorecedores, no son la causa primaria, pero pueden estimular el proceso catarral, complicarlo y aumentar la susceptibilidad. Podemos diferenciar dos tipos de factores:

– Factores contribuyentes. Tenemos el grado de humedad, el humo del tabaco, la polución ambiental, el comienzo de la guardería, la dieta, la exposición a elementos alérgenos, el frío, los factores emocionales, etc. Los efectos de estos factores se miden en función del tiempo de exposición, y de su cantidad y calidad.

– Factores según predisposición. Influye el tipo de respuesta inmunológica y adaptación biológica.
Cada individuo tiene recursos de adaptación al medio concretos e individuales. Una inadecuada adaptación aumentará el número y el grado de estos procesos catarrales.
Mocos, mocos y mocos… ¡hablamos!

La mucosa nasal está recubierta de una capa de moco. El moco constituye una barrera permeable entre la mucosa y el aire inspirado. El 95% del moco es agua, un 3% son elementos orgánicos, mucina (que determina la viscosidad), albúmina (es una proteína que se eleva en número en los procesos inflamatorios),  Inmunoglobulinas A y E (son anticuerpos de defensa) y numerosos aminoácidos. Las proteínas del moco nasal siguen una variación circadiaria, aumentando su volumen por la noche. Aproximadamente un 2% es una composición iónica, con sodio, cloro, potasio, etc.

¿Qué es el Narinhel?

Busque información al respecto. Encontrará un kit de tortura infantil, que aparte de ser molesto, no es muy efectivo! ¿Sabéis? la mucosa siempre debe estar hidratada y tener su ‘mica’ de mucosidad
porque esta algunas propiedades, ¿saben cuáles?
– Propiedades físicas. Según el grado de viscosidad, se regula el pH de la mucosa. El pH es una
barrera local en la actividad microbiana

– Propiedades biológicas. El moco es un reservorio de agua, asegurando una protección de la mucosa. Tiene
enzimas y anticuerpos con acciones protectoras.

Hay cosas que podemos hacer cuando en el proceso catarral el volumen y la viscosidad de este moco es limitante, es decir, cuando el moco no nos deja dormir bien, a los más pequeños les dificultad mamar o comer y es también limitante cuando provoca tos. en exceso y vómitos.

¿Qué hacer?

1. Minimizar los factores contribuyentes
a. Evitar la exposición a espacios con elevada concentración de polución, humos irritantes o tabaco. Ventilar la casa. Buscar un grado de humedad óptimo en la casa, entre 35 y el 45%
b. En la medida en que sea posible retrasar la entrada a la guardería, o lugares donde se dé el ‘hacinamiento’. Si el niño ya va a la guardería y tiene procesos infecciosos que se reiteran y fácilmente se complican, buscar alternativas y evitar ir durante un período de tiempo
c. Evitar elementos sensibilizantes alergénicos. Humedad y paredes floridas, polvo, polen, pinturas, etc

2. Fomentar medidas higiénicas y dietéticas

a. Favorecer el movimiento, la actividad al aire libre, el juego y el deporte. Favorecer la capacidad de adaptación al medio frío
b. Promover la lactancia prolongada en lactantes. Fomentar una alimentación sana y equilibrada, basada en un concepto cualitativo (alimentos biológicos, integrales, baja en azúcares refinados y sal, pobre en lácteos y derivados), y no tan cuantitativo.
c. No administrar de forma sistemática antibióticos, analgésicos y antiinflamatorios
d. Cuando la mucosidad es abundante, es preferible dormir ligeramente reclinado, en un ángulo de unos 40º
e. Favorecer el consumo de los siguientes alimentos: calabaza, zanahoria, cebolla, boniato, ajo y puerro, trigo sarraceno, arroz integral y avena. La fruta de temporada en compota o en el horno. Evitar el consumo de lácticos y derivados

3. Fluidificación y excreción

a. El moco está formado en gran parte por agua. Es importante aumentar el consumo de agua, puede
favorecer también el tomar infusiones, caldos, gazpachos, zumos naturales, etc
b. Propuesta de infusión por beber. Tomillo, malva, plantaje y higos secos (beber a lo largo del
día)
c. El uso de suero fisiológico y agua de mar para realizar lavados nasales
d. Vapor de agua caliente, simplemente con una olla de agua caliente, y añadir cebolla cortada.
e. Otra recomendación es hacer vahos con la siguiente formulación de plantas (eucalipto, lavanda, gordo lobo y hojas de pino)

4. Modular el volumen del moco con homeopatía: a. Rinorrea acuosa. Allium Cepa 9CH + Kalium Iodatum 9CH 2 gránulos de cada remedio por toma 3 o 4 veces al día; b. Rinorrea Mucosa. Kalium Muriaticum 9CH + Kalium Sulphuricum 9CH 2 gránulos de cada remedio por toma, 3 o 4 tomas al día. c. Rinorrea Mucopurolenta. Kalium bichromicum 9CH + Hydrastis Canadensis 9CH 2 gránulos de cada remedio por preso, 3 o 4 tomas al día
Muchas madres me dicen: – ¡mi hijo/a no hace limpio!, ¡lleva todo el invierno con mocos!…hay niños que se pasan casi todo el invierno con mucosidad, fluctuando…con más o menos mucosidad. Es importante también normalizar y vivirlo como algo normal y habitual en la infancia, y cuando éste sea muy limitante,…¡ahí tiene algunos recursos que le pueden ayudar!!!