EL BLOG DE COS
La fidelidad está en crisis
04/10/2016
Anna Delatte

En una sociedad del consumo donde las nuevas tecnologías te llevan a estar permanentemente conectado ya responder al instante a relaciones distantes, donde las redes sociales son exigentes y piden estar activo, las relaciones efímeras se han convertido en un pasatiempo, un analgésico porque te sientas “como si” estuvieras acompañado.

Hemos pasado a desterrar el amor romántico, no sea que nos confundiéramos con las películas de Hollywood, ya aceptar el desamor en las relaciones íntimas que te hacen sentir un vacío que no llenas ni con veinte euros de fast food.

Un amigo compartía un momento íntimo con su hija antes de acostarse. Ella pensaba en voz alta con la sensación de confort que te produce estar al lado de alguien que te ama incondicionalmente y reflexionaba diciendo: “El sueño entra por la boca, en forma de bostezo, y sale por los ojos, cuando te despiertas. Cuando quieras dormir, papá, después de bostezar, cierra los ojos para que el sueño te quede dentro del cuerpo”.

Mi amigo le respondía con la ternura y la creatividad de los que están tan cerca de los niños: “El amor entra por la piel, por los ojos, por las orejas, por la boca y por la nariz: por todos los sentidos. Ya llevas dentro cuando naces, inoculado por la madre durante la gestación. Te sale del cuerpo por la boca (los besos), por la piel (las caricias y el contacto) y por los ojos (las miradas) cuando te enamoras de los amigos, de las parejas y de los hijos”.

El amor se dirige hacia muchas personas importantes de nuestro entorno pero con la pareja es con quien está más comprometido y con quien se debe tener más cuidado.

La infidelidad en las relaciones de pareja es un síntoma cada vez más común en nuestro entorno; no se ha pactado una relación abierta a otros, se vive la relación con un tercero en clandestinidad y con angustia (en el mejor de los casos, otros funcionan de forma tan escindida que ni se lo cuestionan) y significa un malestar en la pareja y un descuido hacia uno/a mismo/a.

La pareja, aquella realidad que debe sostener un proyecto en común, muchas veces la crianza de los hijos ya menudo una serie de responsabilidades económicas, logísticas y de todo tipo y, a la que, en lugar de cuidar de ello, cargamos un malestar propio, una insatisfacción personal.

El amor necesita presencia y te devuelve plenitud. El compromiso en la relación de pareja te da arraigo y te permite crecer. La fidelidad en las relaciones amorosas es un compromiso hacia el otro y hacia uno/a mismo/a. Este amigo, Héctor porque le puede poner un nombre, él, que tiene una relación preciosa con su mujer, seguía describiendo… “el deseo entra por la piel, a través de la caricia, del beso, del susurro (fronterizo entre piel y oreja) y sale por la boca, cuando exhalas el aliento del orgasmo.”

¡Ostras, colocamos la fidelidad en alza! La fidelidad hacia los demás y hacia uno/a mismo/a. Recuerda de qué te enamoraste, siente que también era un aspecto tuyo, que tú le hacías brillar y anímate a recuperar la energía de tu relación con el otro (en caso de que necesite más fuerza) para vivir la vida en el junto a aquellas personas que amas y te aman de forma verdadera. Comparte tus sueños, haz realidad sus deseos y juega a volver a ser pequeño/a mientras sientes que el otro no te juzga y sólo te escucha mientras te acaricia con todos los sentidos.

Gracias Héctor por compartir tu luz…

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