EL BLOG DE COS
Nunca estoy sola
28/05/2019
Maria Ortí

A veces la vida ¡es un lío! Simplemente la vida cotidiana, ya no hablo de los conflictos importantes.
Soy mujer y vengo de una vida urbana llena de emociones y día a día. Envuelta entre el carro de la compra y el metro reflexiono si no vamos demasiado deprisa y si no tenemos la vida demasiado llena de cosas en esta ciudad.
Tenemos muchas cosas para hacer, las que nos encanta hacer y las obligadas y las obligadas que nos encanta hacer. Y las que nos piden, las que creemos debemos hacer y las que nos imponemos. Y así seguiríamos. Y no nos planteamos si queremos hacerlas o nos obligamos a hacerlas.
Nos gusta ir a bailar, hacer yoga, meditar, hacer deporte, tener pareja, tener hijos, el gato, el perro, la casita y las plantas y los amigos y los padres y las cenas de cumpleaños y los regalitos que preparamos en las amigas y vamos a trabajar y somos super cracks y vamos mucho monos.
La salud implica implica hacer todas estas cosas con conciencia de saber qué es lo que realmente deseamos y necesitamos. No sabemos sacar la paja de las cosas de las que podríamos prescindir y no pasaría nada. Porque lo que tenemos que mostrar socialmente no es nada comparado con lo que una persona realmente necesita.
Os veo corriente, aprovechando que pasa por Cos buscando una hora de atención, corriendo para recoger el paquete que tiene pendiente en no sé qué tienda. Y pienso si fuera de la ciudad es igual. Yo creo que no. La ciudad nos sitúa muy fuera de nosotros, atrapados en el tiempo.
No hace falta dejar de hacer, sólo hacer con otra mirada más interna.
Vivir el presente con conciencia. Sintiendo lo que hacemos, mirándonos, respirando, estirándonos a media mañana.

Vaya a hacer pipi, beba agua, coma fruta, no correo por la calle, la diferencia es un minuto. Deténgase, haga y no piense con lo que debe hacer después.
Disfrute. Aquello que opta por hacer, debe vivirlo con el máximo de felicidad. No vale a hacerlo por obligación y, encima, con disgusto.
¡Hágalo no sólo por vosotros, también por todo lo que vive dentro de usted! Yo no me siento sola, estoy llena de vida, literalmente.
Imagine el interior de su cuerpo, las células, los órganos, los músculos, los huesos… y hable con ellos. Están vivos y dependen de ustedes, incondicionales tratando de equilibrar nuestros desajustes.
Le recomiendo que se comunique, se sentirán mejor y tendrán más energía. ¿Qué pasaría si en tu familia nadie les hablara ni pensara en vosotros? Cada elemento de nuestro cuerpo forma parte de nosotros, con conciencia de pertenecer.
Sean conscientes de que son, que nos llenan, que están pendientes de nosotros.

Yo de siempre les hablo. ¿Cómo está? Uy, lo siento, hoy he apurado demasiado!! Los imagino luminosos, sonrientes, los quiero, los escucho. ¿Qué me dice ese brazo? ¿Qué siento que necesitan?
Y os aseguro que vivir sintiendo que todo lo que hago repercute en todos ellos me hace ser más consciente de lo que debo hacer. Para mí es vivir acompañada y un valor de responsabilidad. Si no lo hago por mí, lo hago por ellos, que también son yo.
En temporadas se me olvidan y estarán muy tristes!!
A veces he curado procesos de enfermedad comunicándome con ellos. Siempre están!!
Ahora me gusta pensar menos y oír más.

Y me va bien.

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