EL BLOG DE COS
Deporte, posología saludable
25/01/2018
Carles Ametller

Hemos iniciado el nuevo año y los buenos propósitos ya han cogido forma en nuestras mentes.

De buenos propósitos hay de muchos tipos, muchos tienen que ver con mejorar la calidad de vida de uno mismo: comer mejor, perder peso, hacer ejercicio físico…

Estos propósitos son muy acertados y llevarlos a cabo es una inversión en uno mismo muy valiosa ya que revierte directamente en la salud a muchos niveles. Ahora bien, el objetivo puede ser inalcanzable si el camino para conseguirlo no es el adecuado.

En relación con el ejercicio físico, lo primero que hay que entender es que nuestros orígenes provienen del nomadismo de nuestros ancestros y, aunque hemos evolucionado, conservamos su genética y, por tanto, nuestra predisposición fisiológica al movimiento. Aunque nuestra sociedad actual nos empuja al sedentarismo, si queremos respetar nuestra (buena) fisiología y en consecuencia nuestra salud, debemos mantener nuestra actividad física. Es por este motivo que podemos entender el ejercicio físico como una necesidad vital para nosotros y nuestra salud y que hay que incorporarlo a nuestra vida diaria.

Es ahí cuando empieza a complicarse la cosa. Nuestras obligaciones y compromisos laborales, familiares y sociales dificultan a menudo llevar a la práctica nuestro propósito. Si añadimos falta de motivación, ya lo tenemos perdido. ¿Cómo vencer esta inercia?

Inicialmente hay que plantearse cuáles son los requisitos mínimos del ejercicio físico para que nos represente un beneficio real y duradero

En términos generales, en cuanto a cantidad, necesitamos un mínimo de 150 minutos (es decir 2 horas y media) de actividad física repartidas en diferentes sesiones a lo largo de la semana. El ideal está en torno a los 300 minutos (5 horas). Las actividades deben ser mayoritariamente cardiovasculares, moderadas sobre todo, también vigorosas, pero también de refuerzo muscular. Si estás en una situación que no te permite llegar a estos valores aunque no es ideal, realizar menores dosis de actividad física también te aportará beneficios. ¡No lo desestimes y haz igualmente!

Entonces “sólo” debemos elegir cuál o qué actividades hacemos. ¿Cuál es la mejor? Pues aquella que cumpla las siguientes características:

– Que nos sea motivadora. Si no existe un componente motivacional, de diversión, ligado a la actividad física que vamos a practicar, será muy difícil cumplir con los siguientes requisitos. A veces la satisfacción posterior al esfuerzo es también un elemento motivador que nos empuja a practicar ejercicio físico. Pero lo ideal es que la propia práctica deportiva sea la que nos guste.
– Que sea adecuada. Debemos tener en cuenta las particularidades individuales que nos caracterizan por escoger la actividad física que nos sea más conveniente. Llevando al extremo el ejemplo, es lógico pensar que el boxeo no es un deporte adecuado para una embarazada.

– Que tengamos un dominio de la ejecución técnica correcta o que nos ponemos en manos de un especialista que nos enseñe. Si queremos practicar natación pero no sabemos nadar o no lo hacemos correctamente, lo fácil es que nos acabemos desmotivando, lesionando y abandonando la práctica.

– Que nos sea factible, practicarla. Por material necesario, disponibilidad del espacio, instalaciones… Si soy fan del esquí de montaña y vivo en las tierras del Ebro, me será difícil acceder al entorno donde practicarlo.

– Que seamos regulares. Una de las capacidades más importantes de las que dispone nuestro cuerpo es la capacidad de adaptación. Ante un estímulo físico, nuestros recursos fisiológicos hacen que después de la situación inicial de fatiga, nuestro cuerpo se adapte e intente situarse en un punto de forma física superior al anterior, lo que supone una mejora de nuestro estado de forma. Si no volvemos a exponer a nuestro cuerpo a otro estímulo físico en un período suficientemente corto, nuestro cuerpo volverá al estado físico previo. Es mejor realizar diferentes sesiones más cortas a lo largo de la semana que la típica salida de BTT de toda una mañana de domingo y no volver hasta la semana siguiente. Por tanto, hay que buscar la organización familiar, laboral, etc. que nos permita esa regularidad. Habrá que llegar a acuerdos con uno/a mismo/a y con quienes nos rodean para abrir el espacio necesario en nuestras agendas para dar cabida a la práctica deportiva. Quizás ayuda pensar en que no deja de ser una medicina, un remedio que necesitamos “tomar” para mantenernos saludables y que hay que priorizar su práctica ante otras “obligaciones”.

– Que seamos progresivos/as: hay que adaptarnos al momento y estado de forma actuales, y permitir que nuestra capacidad de adaptación actúe de forma moderada, para no sobrepasar nuestros límites físicos hasta el punto de que nos lesionamos, o bien que nos situamos en una fatiga excesiva que no nos permita hacer nuestro día a día habitual con normalidad. La idea de que si no sentimos el astillado muscular posterior a una sesión de ejercicio, no hemos trabajado suficiente, no es cierta. Siempre recomiendo que las dos o tres primeras sesiones sean de toma de contacto, y que practiquemos el ejercicio o deporte de forma suave, incluso acabando con la sensación de no haber trabajado demasiado. La sensación corporal de fatiga justo mientras practicamos la actividad física no es proporcional al nivel de exigencia y, a menudo, pasamos de largo. Tenga cuidado con las primeras sesiones y observe cómo se siente las horas siguientes. En función de estas sensaciones podrá regular mejor la intensidad de las próximas sesiones.

Ahora la dificultad estriba en cumplir todos estos requisitos. Quizás los más difíciles son la elección de la práctica deportiva y la regularidad. ¡No es un objetivo insalvable, ni mucho menos! Compártelo y coméntalo con tu entorno, seguro que te ayudarán a llevarlo a cabo.

Y ya sabes que aquí, en Cos, tienes un equipo de profesionales y un área de salud deportiva a tu servicio. Nos encantará acompañarte para conseguir que los buenos propósitos se conviertan en prácticas habituales.

¡Feliz año nuevo y SALUD!

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