Me defino cómo osteópata estructural. El concepto estructural de la osteopatía fue sistematizado por Jean-François Terramorsi en 2013¹ y hoy en día se enseña en Francia en el IFSO Rennes – Bretagne Ostéopathie, y en España en Barcelona Formació Osteopàtica² (BFO) dirigido por Xavier Sànchez.
Para muchas y muchos, e incluso entre las y los osteópatas, lo estructural es cuando una articulación craquea, pero esta idea generalizada es falsa. En osteopatía existen dos tipos de abordaje, el funcional y el estructural, que se definen a partir del principio fundamental de la disciplina quien afirma que “la estructura genera la función”, y que una estructura en buen estado asegura una función correcta. Sobre esa base, es conveniente preguntarse si un tratamiento osteopático apunta a la estructura o bien a la función…
Cuando un tratamiento osteopático se basa en técnicas de estiramiento, masaje, movilización, manipulación, inducción miofascial y craneosacral que buscan un aumento de amplitud de movimiento, hablamos de terapia funcional ya que el movimiento es función de la estructura corporal. En cuanto al concepto estructural de la osteopatía, este busca exclusivamente modificar el estado del tejido conectivo.
La osteopatía estructural cubre todas las patologías en relación con la pérdida de flexibilidad y elasticidad del tejido conectivo. También denominado matriz extracelular, este tejido garantiza la dinámica de todos nuestros órganos: cambio de forma, adaptación a las tensiones mecánicas, da soporte para el sistema circulatorio arteriovenoso y linfático, el sistema nervioso e inmunitario. Como su nombre indica, conecta y une a todas las estructuras del cuerpo.
El tejido conectivo está presente en todas partes: músculos, tendones, ligamentos, cartílagos y también peritoneo, pleura, membranas intracraneales, etc. La pérdida de sus cualidades dinámicas acarrea disfunciones y muy a menudo dolor. El concepto estructural de la osteopatía tiene como objetivo restablecer las cualidades de flexibilidad y elasticidad del tejido conectivo, y así permitir un funcionamiento correcto de los diferentes sistemas.
Para modificar el estado de este tejido, actúo mediante manipulaciones directas y presiones localizadas con efecto reflejo. Sin puesta en tensión previa y respetando las cualidades del tejido, la manipulación estructural directa permite generar un reflejo neurovascular dentro del tejido, lo cual mejora la microcirculación local, elimina los puntos fijos y lo libera. Trato de esta forma tanto el sistema locomotor, como visceral y craneal. Estas técnicas son eficaces para numerosas patologías agudas o crónicas que afectan a los miembros, el raquis, el sistema digestivo, el sistema urogenital, las cefaleas, las otitis, etc.
¿Qué es el craqueo?
“No te craquees los dedos, vas a tener artrosis”. Todas y todos hemos escuchado un día alguien decir eso…. pues es falso. El craqueo no viene de los huesos ni los cartílagos, este ruido no lo genera el roce de las superficies articulares las unas sobre las otras.
En realidad, este chasquido es una burbuja de gas que explota dentro del liquido sinovial de tus articulaciones. De hecho, cuando se comprime o se descomprime una articulación sinovial, unas minúsculas burbujas de nitrógeno se agrupan para formar una más grande que explota. Es un fenómeno hidrodinámico que se llama cavitación, y este gas tardará unos minutos para volver a formarse dentro del líquido sinovial, con lo cual no es nada nocivo. Al contrario, cuando escuchamos un chasquido al descomprimir de forma breve y rápida una articulación mediante la manipulación, éste nos indica que el tejido conectivo local ha recuperado sus cualidades elásticas ya que permite el fenómeno de cavitación. Dicho de otro modo, una articulación que no “craquea” es una articulación rígida que sigue en lesión!
¿Mi osteópata estructural me va a recolocar mi vértebra desplazada?
El lenguaje común a veces engaña sobre la realidad de las cosas. Ningún terapeuta puede recolocar tus vértebras por la buena razón de que no están desplazadas. En caso de que una de tus vértebras se quedara fuera de su lugar, no acudirías a tu osteópata sino a urgencias dónde un traumatologo reduciría la fractura o luxación.
No es el caso de un/una osteópata o cualquier terapeuta manual. En lo que nos concierne, a lo largo del tiempo, el tejido conectivo de la articulación ha perdido sus cualidades elásticas, debido a la falta de un uso correcto diario. Esta zona infrautilizada, como es el caso por ejemplo de la columna lumbar al permanecer horas sentado/a , obliga el cuerpo a adaptar su organización para satisfacer la realización de un gesto, aunque se haga más o menos bien. Durante cualquier gesto, no necesariamente mal hecho, la fisiología no puede satisfacer la demanda. La articulación que debería ayudar a realizar el movimiento no está disponible, está bloqueada, el gesto se hace pero no respetando a la fisiología. La articulación fuerza los elementos articulares como la cápsula, los ligamentos y los elementos a distancia como músculos, fascia, piel. Esta tensión estira el tejido conectivo en lesión lo cual genera dolor. Por supuesto, un gesto violento e inoportuno puede provocar este dolor, pero a veces un gesto inofensivo es suficiente para solicitar la zona bloqueada ya que es la única que permite que el movimiento se realice correctamente: “¡Me agaché para hacer la cama y me he quedado bloqueado/a desde entonces!”.
En realidad, ya tenías una región de tu espalda infrautilizada, en mal estado, la zona que llamamos “en lesión”, en nuestra jerga osteopática. Cuando intentaste realizar un gesto inocuo – agacharse para hacer la cama – llegaste a usar articulaciones y músculos distintos de los que deberían permitir este movimiento, y forzaste el tejido conectivo para encontrar una solución para doblarte: te has “desplazado una vértebra”. ¡Cuanto más anodino es el gesto desencadenante del dolor, más bloqueado/a estabas antes! Puedes vivir con este tipo de bloqueo durante años sin sufrirlo. Mientras encuentres una manera de sortear el obstáculo, mientras las articulaciones periféricas encuentren una forma de adaptarse, no te quedarás bloqueado/a. Y luego un día, con baja forma, un poco cansado/a, menos en alerta, le pides el mismo gesto a tu cuerpo, que desgraciadamente esta vez no tiene otra solución que venir a solicitar la zona que ha estado bloqueada durante semanas o años.
¿Puedo hacer deporte después de una sesión de osteopatía estructural?
La osteopatía estructural tiene por objetivo recuperar las capacidades de troficidad (nutrición y crecimiento) y elasticidad de tu tejido conectivo, sea cual sea la región corporal tratada y tu edad. Una vez la sesión terminada, tendrás que mantener las capacidades de deformabilidad y elasticidad recuperadas, y no hay nada mejor que la fisiología, es decir la vida diaria, para cuidar el tejido conectivo. El osteópata estructural elimina la lesión osteopática y eres tú quien debe mantener el estado de funcionamiento de tu cuerpo.
Si eres un/a deportista regular, correr 15 o 20km al día es tu fisiología. Al contrario, si eres una persona sedentaria, correr 15km representa una proeza y no tu fisiología. Volver a encontrar tu ritmo de funcionamiento habitual tan pronto como sea posible es la mejor manera de cuidar la calidad de tu tejido conectivo, y explotar del todo tu potencial para no tener que volver a tu osteópata demasiado pronto. Por lo tanto, no hay razones por tener que respectar un período de inactividad física después de una sesión de osteopatía estructural.
Sin embargo, te puede resultar difícil volver a una actividad interrumpida por un bloqueo articular y una lesión tisular, aún más cuando dicha actividad fue la responsable de la aparición de la lesión. En este caso, parece que la actividad no haya sido suficiente para mantener el buen estado de tu estructura. Ahí, dos consideraciones se hacen evidentes: por un lado, tendrás que retomar tu actividad poco a poco hasta volver a llegar a tu pleno rendimiento, por otro lado, deberías integrar en tu régimen físico ejercicios o hábitos que mejorarán el mantenimiento diario de tu organismo. Esta es la razón por la que es posible que te invite a consultar otros especialistas como dietista, fisioterapeuta, entrenador/a personal, etc. con el objetivo de ayudarte a mantener tu organismo de manera más eficiente.
¿Debería acudir a mi osteópata estructural a modo de prevención?
La osteopatía estructural sólo actúa para reparar áreas en lesión que han perdido sus capacidades elásticas de deformabilidad, y no pretende mantenerte en forma multiplicando el número de visitas.
No hay nada que justifique sesiones de osteopatía estructural predeterminadas y de forma regular, en cambio saber detectar en ti los signos de una falta de funcionamiento óptimo, un dolor residual que persiste, la imposibilidad de hacer tal o cual gesto, un trastorno del tránsito intestinal que se asienta poco a poco, son tantos signos llamativos que te permitirán evitar llegar a situaciones de urgencia. Es raro que el cuerpo se averíe de forma repentina, excepto en el caso de acontecimientos agudos o traumáticos. Sin embargo, nuestro organismo no deja de enviar señales más o menos perceptibles sobre su capacidad para lidiar con el día a día. Unas flatulencias de vez en cuando no son comparables con una aerofagia funcional diaria, una molestia al agacharse es distinta de un dolor residual cada tarde-noche al final de la jornada laboral, un dolor de cabeza puntual después de una noche de fiesta tiene poco que ver con unas cefaleas regulares, etc.
Aprenda a escuchar las señales que te envía tu cuerpo y evalúa las condiciones en las que se producen las molestias.
En caso de dificultad para mantener tu fisiología en el día a día, una visita de control puede resultar necesaria para evitar crisis agudas de lumbago y tortícolis, o cualquier impotencia funcional, que luego parecen espontaneas e inexplicables. En osteopatía estructural, la costumbre de escuchar las señales precursoras de las patologías funcionales representa la mejor manera de actuar en prevención.
1 Ostéopathie structurelle, lésion structurée – concepts structurants, Jean-François Terramorsi, Éditions Éoliennes & Gépro, 2013
2 http://barcelonaformaciosteopatica.com