El aumento de problemas visuales en las últimas décadas nos trae buenas noticias: la pérdida de la vista no es una simple cuestión genética; algo debemos estar haciendo para ver todos peor. Son buenas noticias porque está en nuestras manos cambiarlo.

El cambio de hábitos es el punto clave del método Bates de reeducació visual.

El Doctor Bates era un oftalmólogo estadounidense que dedicó su vida a la investigación de las causas de los problemas visuales. Insatisfecho con la corrección mecánica con gafas, buscó la forma de curar los ojos de sus problemas visuales. Examinó a miles de personas con y sin problemas de vista y llegó a la conclusión de que existe una diferencia en hábitos entre las personas que ven bien y las que tienen problemas de visión. Se dedicó a enseñar buenos hábitos de visión con personas con problemas de vista y recuperaban su visión.

Los buenos hábitos de visión son simples y casi evidentes.

Lo primero, y más importante, es la relajación. Muchas personas se dan cuenta de que, cuando están relajadas, ven mejor. Los ojos, como cualquier otra parte del cuerpo, funcionan mejor cuando están relajados. Un problema visual nos indica una tensión crónica en los ojos.

Parpadea a menudo; descansa los ojos encerrándolos en la total oscuridad; mira a lo lejos; respira.

Todo esto ayuda a relajar la vista y la mejora se nota enseguida.

El segundo hábito es el movimiento. Los ojos están hechos para estar en constante movimiento. Mirar un detalle y después mirar otro, mirar algo de cerca y después de lejos. No fijes la mirada, intenta tenerla siempre bailando, curiosa. Relaja el cuello, acompaña con la cabeza el movimiento de los ojos.

El tercer hábito es el correcto uso de la visión central y la visión periférica. La visión central es muy precisa y la periférica es amplia. Pon tu atención en el detalle más pequeño, date cuenta de que incluso mirando una letra pequeña puedes mirar la parte de arriba o la parte de abajo (precisión central). En torno al detalle, despliega la periferia en todas las direcciones (amplitud periférica). Tenemos tendencia a mirar un objeto –por ejemplo un teléfono– todo a la vez, y en cambio ignorar todo lo que está fuera de la pantalla. En este caso, estamos pidiendo amplitud en la visión central e ignorando gran parte de la periferia.

El Doctor Bates nos enseñó que el retorno a los buenos hábitos de visión mejora la vista y proporciona bienestar al cuerpo y la mente. Como cualquier cambio de hábitos, es un proceso (y no un milagro instantáneo) cuyos beneficios son muchos y de larga duración.