La Integración Emocional (IE) es un método terapéutico que permite establecer un puente entre la parte mental, normalmente más desarrollada y “entrenada” por el tipo de estilo de vida que tenemos, operativo y práctico, y la parte emocional.
Entender que sólo se trata de falta de entreno, nos permite salir de los auto reproches que nos hacemos, cuando no estamos de acuerdo con lo que sentimos y añadir una nueva mirada: no podemos decidir lo que sentimos. Recuerda la última vez que te molestaste por algo ¿Lo elegiste?
Obviamente no.
Normalmente es cuando nos molestamos por algo, que entramos en contacto con nuestras emociones reprimidas, y tomamos conciencia que hay algo no resuelto. Es como si lo que ha ocurrido en exterior nos sirviera como una lupa que simplemente evidencia, sin crear, algún recorrido emocional que aún no está limpio, y surge el dolor.
Con la IE se aprende otra forma de entrar en contacto con el sufrimiento, se reconoce su existencia por supuesto, no se niega, y se decide conscientemente mirarlo y sentirlo y desde allí disolverlo.
Se va así en contra de los tantos aprendizajes que acumulamos en nuestra vida: “No pienses qué te pasa”, “lo único que tienes que hacer es distraerte”, “el tiempo lo cura todo”. En realidad es normal que aprendamos de esta forma, porque en el día a día es necesaria la practicidad y operatividad, no hay nada malo en esto, simplemente a largo plazo no es eficaz.
Esto es otro punto importante, poner energías en aprender otros caminos, sin renegar de los anteriores, que fueron la mejor opción respeto al estado evolutivo que se tenía en aquel momento.
Volvemos al ejemplo de la lupa: imaginamos una mancha en una camiseta y que usamos una lupa para mirar bien qué tipo de mancha es. ¿Se puede dar el caso que la mancha engrandezca sólo por mirarla? ¿O que lleguemos a pensar que es la lupa que la ha creado?
Obviamente no.
Allí estaba, simplemente la lupa ayuda a tomar conciencia de qué tipo de mancha es y buscar el mejor sistema para quitarla. Más está enquistada, más tiempo y cuidados necesitará, pero se llegará a un resultado satisfactorio, respecto al punto de partida.
Lo mismo hace la IE, se ofrece como una lupa consciente, que no espera que pase algo traumático para poner luz al sufrimiento, sino que actúa creando como una explosión controlada corta, para ver y sentir qué nos hacer reaccionar. . La persona se sienta conscientemente a sentir el dolor, para disolverlo. Inicialmente cuando se está aprendiendo el método, el sufrimiento se percibe fuerte, poco a poco se va integrando y se transforma en un alivio y una vez aprendido, en una herramienta practica que siempre se tiene a mano, sin necesidad una guía externa.
Esto es el poder sobrenatural de la IE: empezamos a entender más lo que sentimos, a comprender que lo que sentimos está dentro nuestro, que no viene de fuera: “Yo no soy lo que siento, soy quien es capaz de sentir”. Es la toma de poder de quien decide que se quiere conocer y va tomando responsabilidad de su bienestar. Es una decisión consciente que quita poder a las personas y situaciones exteriores. Se deja de proyectar. Por supuesto se sigue reconociendo que hay cosas graves, traumatizantes, que las otras personas también tienen su responsabilidad, etc. y al mismo tiempo se enfoca en “quien sufre soy yo, quien puede encargarse de solucionarlo soy yo”.
Integrar significa hacerse responsable del propio sufrimiento y al mismo tiempo del propio bienestar.