La enfermedad de Hashimoto es un tipo de hipotiroidismo autoinmunitaria que afecta a la glándula tiroides y consecuentemente a todo nuestro organismo.
Como en muchas enfermedades, la causa es multifactorial, entre las que se encuentran la predisposición genética, los factores endógenos y el ambiente.
Para que se manifieste una Tiroiditis de Hashimoto es necesaria la suma de las tres cosas, es decir, no es suficiente, exclusivamente con la genética, ni con los factores endógenos, ni con el desencadenante ambiental: se necesita una combinación de los tres factores para que se despierte este tipo de hipotiroidismo.
El mecanismo por el que se produce consiste en la inflamación y destrucción de la glándula tiroidea debido al funcionamiento aberrante del sistema inmunológico que provoca la disminución en la síntesis de hormona tiroidea. La enfermedad de Hashimoto no siempre se manifiesta con Hipotiroidismo, es lo que llamamos, también, un Hashimoto latente o Hipotiroidismo subclínico, cuando encontramos la presencia de determinados anticuerpos y una síntesis de hormonas tiroideas, aún dentro de los rangos de normalidad.
Dentro del enfoque integrativo, donde en ocasiones es absolutamente necesario medicar con tratamiento hormonal para la regulación de las cifras de hormonas tiroideas, podemos acompañar el proceso de diferentes maneras, entre las que encontramos:
Dieta
Parte fundamental en cualquier enfermedad y por supuesto en la enfermedad de Hashimoto. Es un trabajo centrado en la restauración del equilibrio de la barrera intestinal mediante la aplicación del protocolo autoinmunológico y/o la disminución del consumo de algunos nutrientes (dieta FODMAP), en caso de que haya SIBO. Además ayudaremos con una limpieza y potenciación de la función hepática y complementaremos con una micronutrición que facilite la cascada de conversiones hormonales.
Medicina Tradicional China
Mediante la acupuntura y la fitoterapia china se trabaja sobre el equilibrio del ser a través de la punción de determinados puntos y meridianos por los que se rige esta medicina milenaria. Es una herramienta de gran utilidad en el tratamiento de trastornos tiroideos y por supuesto en la Enfermedad de Hashimoto. Trabaja sobre la energía de riñón fundamentalmente, órgano clave en la regulación de la autoinmunidad de nuestro organismo, complementando el tratamiento con la estimulación energética sobre los órganos hígado y bazo, entre otros, según la sintomatología que presenta cada individuo.
Osteopatía
La osteopatía tiene una acción mecano-neuro-vascular, es decir, que busca optimizar las relaciones mecánicas, neurológicas y vasculares de los tejidos del organismo.
Por su parte, la glándula tiroides se encuentra envuelta y suspendida dentro de una cadena facial denominada tendón central. Esta cadena se extiende desde la base del cráneo al centro tendinoso del periné, uniendo los órganos del tórax y del abdomen entre sí. De esta forma la glándula tiroides comparte una estrecha relación mecánica con el resto de las vísceras como el pericardio, el hígado o la vejiga por ejemplo.
Cualquier disfunción de un órgano torácico o abdominal puede generar una tensión anormal sobre el tendón central y alterar la vascularización y el estribillo venoso de la tiroides. Esta alteración modifica los procesos homeostáticos que regulan la fisiología de la glándula constituyendo un terreno predispositivo para la instalación o persistencia de la enfermedad.
Terapia Neural
La Terapia Neural trabaja directamente regulando el sistema neurovegetativo del organismo, y consecuentemente sobre la regulación neuroinmuneendocrina. Es una terapia integrativa que trabaja mediante la inyección de procaína sobre los llamados campos interferentes, lo que conduce a que sea un tratamiento muy individualizado según la historia de vida que cada persona tiene. Concretamente en la Enfermedad de Hashimoto trabajamos directamente sobre los ganglios linfáticos locales (plenamente implicados en el proceso) y sobre la cápsula que recubre la glándula tiroides, lugar donde se encuentran las terminaciones neurovasculares, regulando la respuesta inflamatoria y endocrina del proceso.
Psicoterapia
Este campo de gran importancia para el equilibrio de nuestra salud tiene también su espacio terapéutico en la Enfermedad de Hashimoto. El Hipotiroidismo se manifiesta clínicamente como una dificultad en la gestión energética del organismo y consecuentemente en una lentitud de las funciones metabólicas.
Podemos trasladar este concepto a nivel emocional, ya que relacionamos la patología tiroidea con individuos que les cuesta gestionar la energía del día a día. Personas que están sobrecargadas de tareas y con dificultad para la puesta de límites, delegar o pedir ayuda a las responsabilidades diarias.
Desde el entorno relacional de la persona, esta situación suele crearse o nacer por algunas de las siguientes situaciones o etapas. Una situación en la que el entorno exige un ritmo demasiado elevado para la persona. Esta etapa genera una aceleración constante en relación con el entorno, en la que nota que todo son frenos. Y finalmente una frustración del querer hacer y no poder por circunstancias ajenas, y la esperanza resignada de que el tiempo resuelva estos inconvenientes.
En resumen, podemos hablar de que en la enfermedad de Hashimoto es necesario investigar si hay componentes emocionales vinculados con la desadaptación de ritmos.
Conclusión
La enfermedad de Hashimoto puede desencadenar un hipotiroidismo, en ocasiones haciendo imprescindible un tratamiento hormonal sustitutivo. En cualquiera de los casos e individualizando cada uno de ellos (con o sin hipotiroidismo, con o sin tratamiento hormonal), es posible acompañar esta enfermedad desde diferentes terapias con el objetivo de mantener estable su evolución y consecuentemente la sintomatología o el tratamiento farmacológico en caso de que se requiera.
Desde el equipo terapéutico de Cos te ofrecemos esta mirada integrativa, ¡pide una visita informativa para evaluar tu caso!