Cuando hablamos de subir las defensas nos viene a la cabeza el no enfriarnos con los primeros fríos, o no estar todo el invierno arrastrando un resfriado que no acaba de irse.
El concepto clave es la adaptación. Que el organismo sea capaz de mantener el equilibrio u homeostasis aunque las condiciones externas cambien. Y esto también va más allá del simple resfriado.
El sistema inmunológico es un entramado complejo de células, mucosas, tejidos y órganos que hacen posible esta labor. La Medicina Tradicional China (MTC) tiene una visión del funcionamiento del organismo diferente a la medicina convencional. Entre otras cosas, porque fue formulada hace más de dos mil años en China. Con las diferencias en la técnica y también en concepción del mundo y de la naturaleza que esto implica.
Energéticamente, desde la MTC, debe haber un equilibrio global en el organismo para que los diferentes sistemas que lo integran puedan funcionar óptimamente. Y estos sistemas se engloban dentro de las características funcionales de cinco órganos principales. En el caso del sistema inmune, en la MTC encontramos lo que llamamos el Wei Qi, o energía defensiva, que haría unas funciones de protección y adaptación del organismo análogas al sistema inmunológico. Además, se encarga de regular la temperatura corporal, de la apertura y cierre de los poros, y de humidificar y nutrir parcialmente los tejidos.
Desde la MTC, para cualquier tratamiento, siempre hacemos un diagnóstico personalizado para encontrar la forma de conseguir el equilibrio interno que necesita cada uno. Pero los órganos que son más fundamentales para las defensas son el Pulmón, la Melsa y los Riñones. Así que con la acupuntura, la fitoterapia y demás técnicas de que disponemos, apuntaremos a tonificar uno o más de estos órganos para conseguirlo.
De forma casera, podemos adaptar un poco lo que comemos de cara a la llegada del frío.
Ante todo, debemos tonificar la energía de la Melsa, y preservar el calor interno. Así que intentaremos comer el máximo de alimentos cocinados ya temperatura tibia o caliente. Esto facilita mucho la digestión y evita que el sistema digestivo tenga que utilizar demasiada energía para calentar y digerir los alimentos y bebidas. Potenciaremos las cocciones largas y lentas y evitaremos o reduciremos las ensaladas y bebidas frías. Alimentos amarillos o naranjas como el boniato, la calabaza y el mijo darán buena energía a la Melsa.
Los alimentos de sabor picante movilizan la energía hacia el exterior y nos ayudarán a fortalecer la energía defensiva. Alimentos como el jengibre fresco, la cebolla, el ajo, los rábanos, los nabos, la canela, la pimienta y el clavo. Además de las setas, en especial el shiitake.
Para tonificar el Riñón podemos hacer caldos de raíces e ir bebiendo calientes. También alimentos negros o oscuros como el sésamo negro, las azukis, las algas (que remineralizan potentemente).
Para tonificar el Pulmón (y también el bazo) y hay una receta de batido caliente muy buena. Hervir durante unos veinte minutos a fuego lento cuatro peras en trozos y cuatro dátiles en leche de arroz. En los últimos cinco minutos se le puede añadir un par de rodajas de jengibre fresco. Luego lo trituramos todo. Este batido puede tomarse como preventivo y también como recuperador de la energía del Pulmón y la Melsa después de haber pasado un proceso respiratorio.
Una técnica que se puede utilizar es la moxibustión. Consiste en aplicar el calor que desprende un puro hecho de artemisa argyi en determinados puntos o zonas del cuerpo. Se utiliza para muchas condiciones diferentes, pero aplicada a ciertos puntos estimula mucho a las defensas y fortalece al organismo. Es fácil de utilizar pero se debe consultar a un profesional de la MTC para que valore si existe alguna contraindicación y enseñe a localizar el punto correctamente.