Hablaremos de esta insignia identitaria de la adolescencia, la conflictividad, que considero que puede ser a su vez, un tensor y estímulo para construir la propia identidad, y cómo y dónde nos podemos colocar los referentes de los/las adolescentes.
Continuamos “situados” en los tiempos que nos tocan vivir. Situados en un panorama en el que cuesta vislumbrar más allá de la incertidumbre de futuro, donde por el contrario, queremos cogernos a la esperanza de que todo ocurrirá.
Surge como necesidad la creación de alternativas de acompañamientos más respetuosos, menos invasivos, más centrados en la persona, en su contexto interpersonal y en sus circunstancias sociales. Más centrados en el cariño y el vínculo, el trato y la comprensión, que en la intervención y los tratamientos.
La salud implica hacer todas estas cosas con conciencia de saber qué es lo que realmente deseamos y necesitamos. No sabemos sacar la paja de las cosas de las que podríamos prescindir y no pasaría nada. Porque lo que tenemos que mostrar socialmente no es nada comparado con lo que una persona realmente necesita.
Psicòloga, Psicomotricista i Atenció Precoç