Entiendo que los trastornos psíquicos y el sufrimiento psicológico tienen muchas repercusiones en nuestra vida cotidiana y en las relaciones sociales, de pareja, familiares o laborales. Se manifiestan a través de los llamados “síntomas”, que pueden ser de diferente naturaleza: manifestaciones somáticas, trastornos del sueño, trastornos de la conducta alimentaria, disfunciones sexuales, fobias, ataques de ansiedad, adicciones, etc. Los síntomas no son otra cosa que señales y manifestaciones de conflictos internos, que nos indican la necesidad de “prestarles atención”.
Consultar con un profesional quiere decir empezar a hacerse cargo de la propia situación, querer cambiar y evolucionar.
La transformación y el crecimiento personal requieren tiempo. Dedicar tiempo a “pensar” es el regalo más saludable que uno/a mismo/a se puede brindar.